Nuestros días en esta época son lineales: perdemos el concepto de tiempo, ya que reina la rutina y la falta de novedad. Al principio, me paralizaba pensar en estar con mis hijos todo el tiempo. Equilibrar mis emociones es más fácil cuando tengo el universo paralelo que su tiempo en la escuela me permite tener para mí. Sin embargo, somos más resistentes de lo que parecemos. Nos acostumbramos a todo con el tiempo. Logramos dar sentido a todo lo que nos sucede y lo hacemos funcionar.