El proceso de aprender a vestir es tan peculiar: a través de él definimos y decidimos quiénes somos. Cada atuendo es un mensaje, consciente o inconsciente, según elijamos hacerlo.
Schiaparelli, la figura más destacada de la moda entre las dos guerras mundiales, estaba en una eterna búsqueda para encontrar y materializar la belleza.
Al darse cuenta de que no era bonita a una edad temprana, se llenó los trinos de la nariz, la garganta y las orejas con semillas con la esperanza de que sus flores la hicieran hermosa.
Revolucionó la moda al crear la primera boutique de 'prêt-à-porter', que en ese momento era inaudita. También fue la primera en utilizar estampados de camuflaje en ropa normal, cremalleras como elementos de diseño y vestidos con materiales sintéticos.
Le debemos la existencia de monos, monos, culottes, vestidos de bufanda, el traje de poder, tacones de cuña, trajes de baño con sujetador incorporado, chaquetas camisero, vestidos de bufanda, vestidos envolventes y, lo más importante, rosa impactante.
En otras palabras, transformó la confección de vestidos en una forma de arte y una herramienta de liberación. Su amistad con los surrealistas de la época, y especialmente con Dalí, se convirtió en una de las colaboraciones de moda más excepcionales de la historia, en un momento en que la moda y el arte no se mezclaban.
"La transformación que tuve en la sala de exposición de Schiap fue el punto de partida de un trabajo maravilloso", dijo Katharine Hepburn, mientras su carrera comenzaba a explotar.
La ropa tiene el poder curativo de la transformación. Se abre un mundo de posibilidades cuando cambias tu apariencia, porque transforma la forma en que la gente te ve. Este proceso me recuerda lo que es la trenza para mí: es mi manifiesto, pero también mi escudo. Me hace fuerte Cuando mi cabello está suelto, soy vulnerable.
No hay mejores palabras para describir este proceso que las de Shiaparelli: 'Cuando te quitas la ropa, tu personalidad también se desnuda y te conviertes en una persona diferente, más fiel a ti mismo y a tu carácter real. Más consciente. A veces más cruel.
Así que sumérgete en ti mismo. Aventúrate en un viaje a través de la moda como identidad propia. Tu historia no es quién eres, es lo que haces de ti mismo.
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