Journey of a Braid Logotype

El año que no fue

Por Danié Gómez-Ortigoza

16 de diciembre de 2020

Abrí el contenedor de ropa de invierno, como hago todos los años antes de irme de vacaciones. Sin embargo, esta vez fue diferente. Entre capas de ropa, encontré una historia limitada; una cápsula del tiempo.

Los recuerdos de lo diferente que se sentía el mundo en esta misma época hace un año: este golpe emocional, me llegó al mismo tiempo que me despedía de mi padre que estaba de visita después de mucho tiempo sin poder venir a Estados Unidos. 'Pronto lo volveremos a ver', les digo a mis hijos desconsolados, aunque en el fondo sé que mi aprendizaje más significativo este año ha sido que no debemos confiar en el futuro.

Lo único que nos queda es tragarnos el miedo y la emoción que desencadena ese sentimiento vacío de no saber, porque esa es la única forma de estar bien para los que estamos lejos de quienes más amamos.

La próxima visita es un signo de interrogación perpetuo.

 

Y hoy comienzan las Posadas. Esta celebración indígena mezclada con el catolicismo para despedir el año nos recuerda que el bien siempre triunfa sobre el mal. Es una forma de limpiarnos de nuestros pecados; nuestros errores. O dicho más simplemente, de la condición de ser humano. Estoy pensando en todos los héroes silenciosos que han ayudado a hacer de este año lo que es para aquellos de nosotros que todavía estamos sanos y no hemos perdido a ningún ser querido. Hoy más que nunca pienso en ellos. Nunca sabremos quiénes son y, sin embargo, han dado forma a nuestras vidas. Sin embargo, el futuro es incierto, pero quizás siempre lo ha sido, aunque fingiéramos no saberlo. Los días pasan como el agua, y a veces es difícil encontrar un propósito. Sigo trenzando intenciones.

¿Qué pasaría si te dijera que tus sueños, tus acciones y tus intenciones realmente marcan la diferencia, después de que la vida se haya dedicado el año para hacerte pensar que no es así?

Si te dijera eso en serio, ¿qué pensarías? ¿Qué pedirías?

No somos los mismos que éramos antes, pero es hora de definir quiénes seremos ahora.

Gracias por leerme. Gracias por ser parte de esta historia.

Buena salud, mucho amor y sobre todo mucha esperanza y bendiciones para el año que viene. Que vivas con intención.

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