Lo que más me duele de esta crisis es la falta de humanidad que vemos todos los días. El número de muertos se ha convertido en números vacíos sin sentido. Solo números. Acercamos a nuestros seres queridos lo más que podamos en la distancia con pocas esperanzas de volver a unirnos. Se desvanecen los recuerdos de la naturaleza descuidada del mundo de antes.
Entonces, quizás, lo que necesitamos es un cazador de sueños para el mundo.
El ritual de los cazadores de sueños proviene de la tribu Ojibwe, que solía estar ubicada en Michigan, Wisconsin, Minnesota, Dakota del Norte y Ontario. Para ellos, crear un cazador de sueños estaba destinado a ser un acto de intención y protección. Un verdadero atrapasueños está hecho de materiales naturales, como madera y plumas, y representa a la 'Mujer Araña', una protectora espiritual de su tribu que adquirió relevancia a medida que los miembros de Ojibwes se alejaban más de sus familias. El centro se asemeja a una telaraña que se une a través de nudos. Eso es lo que 'atrapa' los sueños cuando se coloca encima de una cama. Las pesadillas se atascan y solo los buenos sueños se deslizan a través de las plumas y entran en la mente.
El significado de los sueños en las tribus nativas siempre ha sido de gran importancia para la toma de decisiones. Los sueños son extremadamente significativos, no solo para el individuo, sino también para la tribu, que es una de las lecciones que creo que debemos recuperar para conectarnos más profundamente con la fuente.
Así que construyamos un cazador de sueños para el mundo, uno que nos permita volver a soñar y nos quite todas las pesadillas, el dolor y la muerte.
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